miércoles, 27 de octubre de 2010

Y sigo sin rendirme...

A veces pienso por qué me empeño en seguir con el blog abierto, ya que no tengo tiempo de publicar nada en él... Y cuando estoy a punto de cerrarlo me entra nostalgia, recuerdo con la ilusión que lo empecé y creo que quizás dentro de unos años a mi hija le haga ilusión poder leer lo que su madre escribía. Por este motivo y alguno más, he decidido una vez más seguir con él... A ver cuándo será la siguiente vez que escriba algo interesante.

jueves, 22 de julio de 2010

Sin tiempo de nada

Debo reconocer aunque me cueste, que no tengo tiempo de hacer nada normal en mi vida... En los últimos meses sólo me dedico a mi negocio y el poco tiempo libre que tengo lo empleo en mi hija... Qué envidia más sana da ver a las personas disfrutar de su tiempo libre, de sus hijos, mientras yo tengo que trabajar... Pero al fin y al cabo eso es lo que decidimos mi marido y yo en su momento, trabajar en los momentos de ocio de los demás, y por ahora está teniendo su recompensa...

Con el tiempo, espero poder ir cumpliendo mis proyectos y poder disfrutar de lo mismo que los demás, pero de momento, seguiremos trabajando duro para lograrlo...

jueves, 11 de febrero de 2010

De regreso a casa

Hace ya más de una semana que llegamos a Murcia, y desde entonces no hemos parado ni un minuto. ¡Qué ganas tengo de poder estar una tarde en casa tranquilamente! Pero como sólo hemos venido para quince días, nos vemos obligados a tener que hacer algo a diario.

Por su parte, María cada día está más guapa y más espabilada y eso hace que diariamente nos haga una gracia nueva, por lo que me la comería a cada instante...

A parte de esto, tenía pensado que en cuanto llegase a Murcia cocinaría algo para poder poner la receta aquí, pero de momento nada de nada... A ver si me organizo y hago algo por lo menos bonito para poder publicar.

jueves, 28 de enero de 2010

Hace dos meses que somos uno más...

Hay que ver cómo pasa el tiempo... Si parece que fue ayer cuando en el quirófano pusieron a María sobre mí y ya tiene dos mesecitos.

Dos meses en los que ha habido de todo, momentos de desesperación y llantos cuando parecía que nunca me iba a recuperar del parto; momentos inolvidables como su primer baño y momentos mágicos cuando me sonríe mientras me mira e intenta decirme algo con sus gorjeos.

La verdad es que su llegada nos ha cambiado la vida, ya no podemos salir en cualquier momento como antes sin planearlo, no podemos llegar a la hora que queramos... Pero todo esto vale la pena si el motivo es tener a mi niña feliz en casa.