Catarro

Hoy me he levantado con el típico catarro otoñal que no deseo a nadie... ¡Qué mal se pasa sin poder respirar! Y encima parece que mi pequeña María lo sabe y aprovecha para dar bien la lata... Ayyy, esta niña no tiene límite, después de no querer desayunar y empezar mal el día, ha querido que le pusiera todos los adornos de su traje de flamenca (pendientes, zapatos, collares, etc.) y así la he tenido dando zapatazos toda la mañana... Menos mal que también le gusta la tele y cuando ya me tenía la cabeza más loca de lo normal, le he puesto a su adorado Pocoyo y por fin se ha sentado un ratito en la trona a ver los dibujos.

Bienvenida al maravilloso mundo maternal, Danae.